Mi Historia

Mi historia islas de misericordia 01

Hace algo más de dos años, en el primer trimestre de mi segundo embarazo, recibí una noticia escalofriante: uno de los mellizos de los cuales estaba embarazada podría nacer con malformaciones y con «graves» defectos a nivel cognitivo. Las probabilidades, nos dijeron, eran bastante altas. Consultamos con otros profesionales y todos coincidían en el fatídico diagnóstico, incluso algunos nos llegaron a hablar de la posibilidad de un aborto selectivo o de incluso un aborto total. Tal noticia supuso para nuestra familia un auténtico shock, que pronto fue acompañado de una profunda sensación de incertidumbre, preocupación, rabia y tristeza… Hoy en día puedo decir que ésta ha sido una de las pruebas más duras que hemos afrontado como familia.

La intensidad de las emociones vividas en esos momentos hacían prácticamente imposible el seguir con nuestra rutina y con nuestra vida habitual. Recuerdo aún como incluso llegamos a cancelar la fiesta del tercer cumpleaños de nuestro hijo mayor y celebrarlo únicamente en familia porque, obviamente, no nos sentíamos con fuerzas para sonreír como si nada nos estuviese sucediendo.

No obstante, con el pasar de los días, la tristeza, la negación, la culpabilidad, la rabia… eran sentimientos menos presentes, y la rutina (que en este caso era bienvenida) nos hacía ver las cosas de otra manera.

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Era hora de volver a tomar la vida, nuestra vida, por las riendas y, sí, era hora también de disfrutar de la increíble sensación de estar embarazada, de tener dos vidas en el vientre. Habíamos dejado escapar buena parte del verano sumidos en la preocupación. Era hora de escapar de las arenas movedizas, de buscar una isla en la que poner nuevamente los pies en tierra firme. Y fueron las palabras de Papa Francesco en el Angelus del domingo 8 de septiembre del 2013 las que, como una caricia, nos dieron el consuelo, el alivio y la esperanza que en esos momentos tanto necesitábamos:

En el Evangelio de hoy Jesús insiste acerca de las condiciones para ser sus discípulos: no anteponer nada al amor por Él, cargar la propia cruz y seguirle. En efecto, mucha gente se acercaba a Jesús, quería estar entre sus seguidores; y esto sucedía especialmente tras algún signo prodigioso, que le acreditaba como el Mesías, el Rey de Israel. Pero Jesús no quiere engañar a nadie. Él sabe bien lo que le espera en Jerusalén, cuál es el camino que el Padre le pide que recorra: es el camino de la cruz, del sacrificio de sí mismo para el perdón de nuestros pecados. Seguir a Jesús no significa participar en un cortejo triunfal. Significa compartir su amor misericordioso, entrar en su gran obra de misericordia por cada hombre y por todos los hombres. La obra de Jesús es precisamente una obra de misericordia, de perdón, de amor. ¡Es tan misericordioso Jesús! Y este perdón universal, esta misericordia, pasa a través de la cruz.

Fue así como me dí cuenta de que había llegado la hora de cargar y abrazar mi cruz, de no tener miedo, de confiar plenamente en Él. En nuestras oraciones pedíamos las fuerzas necesarias para sobrellevar el peso de la situación presente y futura, ya que era consciente que el Señor no te deja sufrir ninguna prueba sin proporcionarte las fuerzas necesarias para superarla (1Corintios 10, 13). Y fue así como encontré mi «Isla de Misericordia» en un mar de auténtica desesperación. Y fue un sueño el que me convenció que todo iba a ir bien si no perdía la esperanza, si me entregaba completamente a Él y a Su infinita Misericordia: el sueño de un abrazo con el que varios días antes me había «abrazado con sus palabras», con unas palabras que tanto necesitaba en esos momentos, el sueño con el abrazo de Papa Francisco y su bendición a los niños que llevaba en mi vientre. Fue el sueño de una noche, unos segundos… pero para mí fue mucho, mucho más: fue la respuesta a una infinidad de preguntas, fue el bálsamo que necesitaban mis heridas, fue mi ancla de la esperanza…

El día posterior a ese gran Sueño me sometían a una amniocentesis doble y teníamos que esperar alrededor de veinte días para saber los resultados. Recuerdo que fueron veinte días en los que la oración, la entrega y la confianza en la gran Misericordia del Padre fueron los auténticos protagonistas.

Y un mes después sucedió algo extraordinario. Un mes después pudimos comprobar como la Misericordia Divina va mucho más allá, no se puede encerrar en nuestros esquemas ni en nuestros límites, no se puede ni siquiera comprender y, mucho menos, expresar con palabras. Un mes después, llamamos al hospital donde me habían practicado la amniocentesis para saber los resultados y la doctora al otro lado del teléfono nos dijo algo sorprendente para nosotros: ambos bebés estaban bien, no tenían ningún defecto congénito ¡AMBOS! ¡LOS DOS ESTABAN BIEN! Y además pudimos saber que eran un niño y una niña. Fue tal la sorpresa y el desconcierto que en cuestión de media hora estábamos en el hospital para que nos diesen el resultado de los análisis en persona. Necesitábamos una prueba tángible a la que agarrarnos. Y el papel confirmó lo que la voz de la doctora nos había dicho antes. ¡AMBOS ESTABAN BIEN!

Y los dos hoy están bien. Nacieron hace casi dos años y los dos, hoy, ¡están bien!

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¿Un milagro? Sí, para mí sí lo es. Pero para mí lo más milagroso es lo que la fe y la esperanza son capaces de conseguir cada día, porque no hay que esperar los milagros para tener fe, sino tener fe para esperar los milagros.

Quizás, algún día, pueda devolver a Papa Francisco ese abrazo que me brindó esa noche en un sueño. Rezo por ello.

Sarai Llamas.-

28 comentarios sobre “Mi Historia

  1. Me emocionan tus palabras!!! ojalá cada mujer pensara como tú! como la vida de un bebé te hace seguir, sacar fuerzas de donde no las hay, te hace luchar , te hace querer, te hace avanzar y no rendirte aunque tengas malas noticias, ahí hay una vida y por algo esta ahí, por algo ha pasado. Si tiene que suceder que las criaturas no nazcan del todo sanas sucederá porque eso significará que tendrás la fuerza y el amor suficiente como para seguir y darles todo el amor y aprendizaje que ellos necesitan. Ojalá se pueda luchar siempre por una vida inocente sana o no. La fe y la esperanza es lo más grandioso que podemos tener. hasta límites insospechados. fuiste valiente. querías a pesar de las dolorosas circunstancias y dios supo recompensar ese amor haciendo un milagro. enhorabuena. es tu mayor lotería sobre todo en un día como hoy. un abrazo y feliz navidad !!

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    1. Qué bonitas palabras Joana! Gracias, gracias y gracias por este gran comentario! Sin duda alguna me quedo con esta frase: «Ojalá se pueda luchar siempre por una vida inocente sana o no»… ¿Una utopía? Espero que no! Un fuerte abrazo para ti también!

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  2. Te sigo desde hace tiempo y no entendía porqué dejaste de publicar en el blog que llevabas con regularidad. El día de mi cumpleaños fue tu última publicación. pero ahora lo entiendo todo…. enhorabuena valiente !!!

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  3. Felicidades por este proyecto!!! Desde hace tiempo he admirado tu trabajo, pero hoy que dí con este proyecto tuyo, me he sentido identificada con tu historia.

    También en mi obro la misericordia de Dios, hace ya casi 10 años. En mi segundo embarazo (después de un aborto) a mi bebe le diagnosticaron quistes del plexo coroideo que son muy comunes en los niños con síndrome de Down, pase varios días sin dormir, preguntándome el porque, hasta que fui tocada por la misericordia de Dios y me hizo voltear mis ojos hacia Él, le entregue al Sagrado Corazón de Jesús a mi bebe y le dije que aceptaría como me lo mandará.
    Y también ocurrió el milagro Dios me mando una hija completamente sana y hermosa (jajaja mamá cuerva).

    Que Dios te bendiga!!!

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  4. tu frase que mas me ha llegado al corazón es «no hay que esperar los milagros para tener fe, sino tener fe para esperar los milagros.» Mi fe por ahora esta subterránea, pero tus Islas de Misericordia me han impactado… apenas ayer encontré tu ilustración de 70 veces 7 y ha sido refrescante, a veces el perdón es para uno mismo. Gracias, sigue con este maravilloso trabajo, que Dios te esta usando para iluminar caminos! HG.

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  5. Hola Saraí!, hoy encontré tu publicación a través de Catholic Net. de ese hermoso salmo hasta ese momento desconocido o no me acordaba, Salmo 57,2. Lo leí y me fui rápidamente a mi biblia a buscar que más decía!, y todo porque una amiguita se encuentra en tiempos de crisis emocional, corrí inmediatamente a publicarle Salmo 57, 2, porque es perfecto para ella en estos momentos, hoy aprendí algo más de papá Dios por ti. Y eso me llevó a buscar tu página (me encontré una igual de nombre que la tuya) pero reconocí que no era la que buscaba, que hermosa página, y obvio ella me llevó a tu blog, empezaré a seguirte, veo a primera vista que es un blog cálido, fresco, que invita con tus imágenes a la tranquilidad, pero sobre todo a la paz y a amar más a nuestro SEÑOR a través de su palabra. Gracias y que papito Dios te siga bendiciendo y cuidando a tu bella familia!.

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    1. Hola Maribel! Muchas gracias por todo lo que me comentas. En primer lugar por molestarte en escribirme, en segundo lugar por todas tus palabras! Gracias y que Dios te bendiga a ti también. Un fuerte y gran abrazo fraterno!

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    1. Gracias de nuevo Maribel! Y sí, cuando uno recibe la misericordia del Señor, y me atrevo a decir que cada día la recibimos (no se necesitan grandes pruebas o grandes milagros para afirmarlo) es para gritarlo a los cuatro vientos! Un fuerte abrazo de nuevo!

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  6. Precioso tu testimonio y tu proyecto, es maravilloso como Dios actúa en nuestras vidas y es que con Fe todo se hace posible, los milagros son la consecuencia de atrevernos a Creer!!! Felicidades por esta preciosa iniciativa. Tus hijos preciosos!!! Un saludo. Carmen

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  7. Soy seguidora tuya desde hace tiempo y me he quedado sorprendida a la vez que extrañada cuando he visto tus diseños del Proyecto en twitter. Al llegar aquí, he quedado conmovida con tu historia. No soy muy religiosa pero quiero felicitarte porque el mensaje me parece precioso como preciosa es la forma que has elegido para contarlo. Enhorabuena por tu coraje, realmente eres una luchadora. Un abrazo.

    Verónica

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  8. Hola Sarai,
    tenía mucho tiempo sin leerte, estabas embarazada de tus mellizos y dejaste de publicar en el blog y en twitter.
    Me da mucho gusto saber de tí en esta nueva etapa, leer tu testimonio me conforta y me recuerda cuán grande es la Misericordia del Señor.
    Un abrazo enorme a toda tu hermosa familia.
    Te extrañaba.

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  9. Gracias.
    Entre para ver de que religión era esta pagina y que sorpresa. Dios me hablo a través de este testimonio. Gracias por escribirlo, gracias por compartirlo. Tal vez muchas personas no te escriban sin embargo ten presente siempre que Dios esta utilizando tu testimonio para hablarnos. Dios te bendiga a ti a tu familia y a tus amigos

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  10. Wow!! Gloria a Dios por este testimonio tan Bello ❤️ El Señor tan grande escucha nuestras plegarias, que nuestro Padre Dios siga bendiciéndote con esa familia tan bonita !!

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  11. Hola: Tu blog me ha encantado, pues como tu maravillosa historia yo tengo la mía, estoy realmente maravillada con la gran Misericordia de nuestro Padre Amoroso, hace un año atrás era imposible pensar que podría ver lo grande que es nuestro DIOS… Sabes; los testimonios como los tuyos me dan muchísima alegría pues creo que DIOS nos va guiando, te felicito por lo que haces me encanta seguir tu trabajo aquí. GRACIAS!!!

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  12. Gracias por compartir hermosa da experiencia de la bondad inagotable de nuestro Amado Señor
    Tengo una amiga que está en gestación pero no valora su estado como debiera a causa de estar separada del padre de su hija le lleva a deprimirse ….le voy a compartir tu historia

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  13. Yo atravesé también un desierto …
    En mi , Dios se presentaba cada noche en mi sueño , yo cansada y abatida llegaba cada noche y El me esperaba sentado en una roca y prácticamente me recostaba en sus brazos

    Me reconfortaba cada noche , su amor incondicional me salvó

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